Afganistán: el Vietnam de la URSS
A lo largo de su historia, Afganistán ha acreditado su capacidad de convertirse en una ratonera de pesadilla para toda potencia exterior que haya pretendido controlar su abrupto y laberíntico territorio. Ese carácter indómito se debe, en gran parte, a que la guerra ha sido una práctica habitual y recurrente entre los distintos clanes y tribus que han habitado el territorio afgano y que han luchado entre sí desde tiempos inmemoriales. Otra constante que ha marcado la evolución del país es su importancia como cruce de caminos entre Asia Central, Eurasia, India, China y Oriente próximo.
La encrucijada afgana
Su calidad de encrucijada llevó a Afganistán en el siglo XIX a ser una zona de colisión entre los rusos y británicos. Los ingleses se llevarían la peor parte, con humillantes y rotundas derrotas ante los afganos en dos contiendas (1839-1842 y 1878-1880) y una pírrica victoria en la tercera (1919), que situaría a los derrotados en la senda de la independencia. Rusia acrecentó su influencia de forma paulatina tras la Revolución de Octubre y la Segunda Guerra Mundial, aunque sin aspiraciones de pasar a mayores. La inestabilidad dominó la política afgana bajo la monarquía hasta que, entre el 16 y el 17 de octubre de 1973, un
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