VINCENT UN HOMBRE ENTRE EL ARTE Y LA DESDICHA
Fue casualidad, una macabra en realidad, pero el destino quiso que Vincent Willem van Gogh naciera en Groot-Zunder, en el Bravante holandés, un 30 de marzo de 1853, el mismo día que un año antes lo había hecho, pero muerto, su hermano mayor. Una coincidencia que sus padres subrayaron con la decisión de ponerle el mismo nombre que habían elegido para su difunto primogénito.
Así, con esa carga que llevaría para siempre, Vincent Willem van Gogh pasó los primeros años de su vida en el seno de una familia común y corriente. Pelirrojo, de ojos azules y cara pecosa, su aspecto denotó desde niño una extraña melancolía que nunca pasó desapercibida. Ni siquiera cuando disfrutaba coleccionando insectos y nidos de pájaros vacíos en su más tierna infancia. Ese afán por descubrir la naturaleza contribuyó a su intensa percepción visual, y ambas cosas hicieron que el dibujo fuera un interés potente para él desde siempre. Otro de sus grandes intereses llegó a su vida cuando apenas tenía ocho años. Fue entonces que empezó a acudir a la escuela parroquial y cuando comenzó a interesarse por los pobres y los perseguidos. Colectivos por
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