EUA: un país en llamas
La memoria suele ser más llevadera cuando está edulcorada, y el recuerdo de 1968 en Estados Unidos nos trae hoy ecos de las coloridas comunidades hippies y contraculturales en San Francisco, con una banda sonora de “buenas vibraciones” por cortesía de The Beach Boys. Pero lo cierto es que la mayor parte de los estadounidenses vivió ese año como un periodo fundamentalmente violento, en donde la agresividad y muerte estuvieron presentes casi desde el primer tañido de las campanas del nuevo año, provenientes de los escenarios de la Guerra de Vietnam, más encarnizada que nunca. Además, sin necesidad de ser llamado a filas y enviado al infierno de la península Indochina, en su propio país cualquier estadounidense temía por su seguridad (si era blanco) o por el maltrato de sus conciudadanos (si era negro o de otra minoría racial). En este contexto, los afroamericanos empezaron a mostrar su hartazgo frente a la insoportable segregación cotidiana.
Del “verano caliente del 67” a la Ofensiva del Tet
El relato de lo que ocurrió en 1968, en EUA, no puede entenderse sin situarse en medio de ese clima de violencia que inundaba la vida del país. En 1967, se había más que doblado el número de soldados estadounidenses muertos en Vietnam: 9,353 de un total de 15,997 desde el inicio del conflicto, con una cifra de heridos que rozaba los 100,000. Y los primeros datos del 68 presagiaban un empeoramiento de
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