HISTORIA DE LAS ARMAS LA ESPADA
DIFÍCIL ES PRECISAR LA FECHA Y EL LUGAR DE LA APARICIÓN DE LA ESPADA, ARMA BELLA Y BRAVA COMO POCAS, QUE HA LUCIDO UNA INFINITA VARIEDAD DE FORMAS, EMPLEÁNDOSE, IGUALMENTE, EN SU FABRICACIÓN LOS MATERIALES MÁS DIVERSOS, DESDE LA PIEDRA AL ACERO, PASANDO POR LA MADERA, EL HUESO, ETC., y cuyo empleo ha sido y es común a todos los pueblos y civilizaciones del mundo, que la han honrado y distinguido como "símbolo de la Caballería, emblema de la Justicia, de la Fuerza y el Castigo, representación del Poder Soberano y del genio de los Conquistadores", como apunta Ramón Llull, en su Libro de la Orden de Caballería (1276).
Porque, ¿quién no ha oído hablar de espadas tan famosas como la perteneciente a Alejandro Magno, la legendaria Excalibur del Rey Arturo, la del héroe escocés William Wallace, el mandoble de los Reyes Católicos, la del Cid Campeador, el florete francés de los Mosqueteros, o la katana de los samuráis del lejano Japón?
ORIGEN CABALLARESCO
Etimológicamente, el término espada se deriva, según Díodoro Sículo, de la voz griega de influencia indoeuropea spatha, que significa expandirse, tener éxito. Su nombre está íntimamente ligado a la caballerosidad y, por tal motivo, su uso ha aportado a lo largo de la Historia privilegio a caballeros y honra a quien la ciñe, en contraposición al cuchillo y al puñal, más propios de rufianes y bandidos.
La primera conclusión, apoyada por arqueólogos, se basa en la necesidad apremiante del hombre prehistórico de atender la subsistencia propia y de su prole y este sería el origen de la caza, porque no cabe duda que el hombre nació carnívoro. La primitiva lucha del hombre con los animales impuso la necesaria utilización de un arma, que, en primera instancia, debió ser la piedra, como arma arrojadiza e, inmediatamente después, las ramas de los árboles, como la génesis del arma contundente. Y no es exceso de imaginación suponer que a alguno de aquellos
