DESDE SIEMPRE
EL un periodo cualquiera. Un galón de gasolina costaba 89 centavos, el cometa sobrevolaba la tierra y cierta compañía de San más repetidos de la historia. Por aquel entonces primaban los trajes de chaqueta durante la semana y los vaqueros para el tiempo libre, un código de vestimenta masculino algo extremo (o muy formal o demasiado ) que pedía a gritos el cambio. Y como en la mesura está la virtud, encontró el término medio –y el éxito rotundo– en los pantalones chinos.“Como creadores de los chinos, estamos orgullosos de nuestra historia. Volviendo al logo original, no sólo rendimos homenaje a nuestras raíces y herencia, sino que abrimos un nuevo capítulo de marca. Hoy, continuamos aportando a los hombres esa confianza y comodidad que necesitan”, comenta Karen Riley-Grant, vicepresidenta de global marketing de Dockers. La marca ratifica así su legado, equipando a toda una generación con productos cuidadosamente diseñados. Camisetas, jerseys, sudaderas con capucha y cómo no, los míticos pantalones aunque con patrones actualizados y fabricados con nuevas tecnologías patentadas. Es evidente que aquel pasado fue glorioso, sin embargo, lo mejor está por llegar.
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