EN LOS ORIGÍNS
MUCHO ANTES DE que existieran las flores, el mundo era completamente verde. Las primeras plantas aparecieron hace unos 500 millones de años: musgos, antoceros y hepáticas de poca altura tenazmente anclados al suelo. Tras ellas, hace 360 millones de años, brotaron los helechos, cuyos avanzados sistemas vasculares facilitaban el transporte de agua a las extremidades de la planta, permitiendo que ganase altura. Al contrario que los dinosaurios, los helechos subsistieron de manera obstinada, soportando las continuas oleadas de extinciones y sin apenas mostrar evolución; de hecho, según el registro de fósiles, un helecho de hace 180 millones de años es prácticamente idéntico a sus descendientes contemporáneos.
Los helechos, por tanto, forman parte de la realidad humana desde los orígenes de nuestra especie, y, sin embargo, no fue hasta la época victoriana cuando estas
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