Paraísos artificiales
QUE SE ALEJARA de los convencionalismos asociados a las aguas frescas. “Piensa en sensaciones. Ilustra la emoción”, le dijeron al que está considerado en Francia como uno de Disney), videoclips ( de Jabberwocky) y novelas gráficas (), Bienvenu debía corporeizar la familia de Mugler Cologne, aquel de los dosmiles formulado por Alberto Morillas que fundía el olor a limpio con una nota “secreta” que más adelante sería identificada como “secreciones postcoitales” (o semen, para los alérgicos a los eufemismos). A este jugo verde revolucionario se suman ahora cuatro fragancias que también se recrean en el misterio de su composición, aunque existen indicios de que las enigmáticas sustancias de esta nueva hornada se acercan más al alijo de un psiconauta que a los restos de una noche pasional. “He usado durante años la célebre Mugler Cologne inicial porque la defino como el arte: sin género y sin tiempo. Como cualquier forma de arte requería un camino fuera de lo establecido. Cada dibujo ha de estar tan vivo y transmitir tanta fuerza como lo hace cada una de estas creaciones olfativas”, explica este ilustrador formado en la Escuela de Imagen Gobelins. Desde la marca que le contrató aseguran que Bienvenu pretende “distorsionar la realidad”, sin embargo él se considera más lleno de realismo que otros compañeros de profesión. “Para distorsionar una realidad, debes conocerla primero. Si no es así, comienzas distorsionando desde lo abstracto. En este sentido, tengo mucho en común con Thierry Mugler: ambos conocemos el mundo en el que vivimos y ambos lo distorsionamos en busca de una emoción constante. Me defino como un realista de la realidad deseada, no de la presente”, puntualiza. Mugler Cologne Collection promete alterar los sentidos y provocar una intensa impresión. Sin musas ni sesiones fotográficas, únicamente emoción en estado puro.
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