Al rico son
CONGA, MAMBO, CHACHACHÁ, SON… La lista de ritmos y sonidos que la música cubana ha aportado al acervo cultural de todo el mundo es tan de Alejo Carpentier. La variedad, todos coinciden, se debe a la fusión que se dio en esta pequeña isla entre los esclavos africanos, los colonizadores españoles e incluso los inmigrantes chinos que llegaron allí a finales del siglo XIX. Un mestizaje que funcionó como un viaje de ida y vuelta, pues todas las influencias recogidas sirvieron, más adelante, para terminar de desarrollar otros estilos como el jazz, la salsa, el tango e incluso el flamenco. El último artista en beber directamente de esta fuente ha sido el madrileño C. Tangana, quien en su canción más reciente, , utiliza sonidos propios de la isla y los combina con su estilo de música urbana contemporánea. Hasta el video del tema, una pieza de Santos Bacana, se ha rodado en los bajos fondos de La Habana, hábitat natural de la escena musical de la capital. De ese viaje ha surgido otro producto con esencia cubana: una botella de edición limitada del ron añejo Havana Club 7, diseñada por el equipo artístico del músico, donde se rinde homenaje a la ciudad. Lo hace modificando su etiqueta, donde aparece La Giraldilla –una estatua femenina que corona el Castillo de la Real Fuerza– cogida del brazo de C. Tangana y, en el reverso, su firma y la primera estrofa de la canción. Sólo hay 50 –menos que estilos musicales cubanos– y se consiguen a través de la web.
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