Un lugar sagrado
LA MEZQUITA AMBER DENIM se encuentra a espaldas de un polígono industrial al norte de Daca, la frenética capital de Bangladés que cuenta con una población de más de dieciocho millones de habitantes. Los muros del edificio se levantan en forma de un tetris de bloques de hormigón que se adentran en distintas profundidades hacia los interiores abiertos, como si fueran el molde de una pirámide azteca en miniatura. Los pilares son tuberías sobrantes de una obra de fontanería. Hay puntales de acero que se ramifican hacia el techo, a manera de varillas de un paraguas abierto que protegiera del monzón. En las mañanas cálidas de primavera, el sol inclemente del delta se refleja en las aguas poco profundas del foso que rodea la estructura, deslizándose sobre el hormigón.
La mezquita, finalizada en 2016, es obra de la firma de arquitectura Archeground de Daca, fundada hace siete años. Se trata del segundo proyecto del estudio para el fabricante textil Amber Denim, que produce enormes cantidades de tejido para diversas marcas de ropa, que son el motor de la nueva economía del país. Un año antes, la firma había diseñado una fábrica de telas para la misma empresa: una estructura abierta construida con bambú, hormigón y las mismas tuberías reutilizadas que usaría más adelante para la sala de oración. Era un prototipo asequible de arquitectura industrial basada en principios humanitarios en una nación en la que las condiciones laborales deplorables (y a veces letales) son la norma. La estructura original de la fábrica contaba con una pequeña sala de oración en el extremo occidental, pero los trabajadores se quejaban de que el ruido de los telares interrumpía sus oraciones. Por este motivo, Yubair Hasan, de 39 años y uno de los socios principales de Archeground, solicitó al dueño de la fábrica otro pedazo de terreno en el que poder construir una mezquita. “Queríamos crear un espacio de oración que se adaptara a nuestro clima –dice Hasan–, así que no
