PARA ESCUCHARTE MEJOR
ANTES DE SILICON VALLEY, de Apple, de Amazon, de Google y de Microsoft estaba Bell Labs. Dentro de los muros de esta compañía estadounidense sus científicos crearon el transistor, la batería solar y el fax. Estas y otras innovaciones les valieron premios Nobel y suficiente credibilidad, tanto en la industria de fabricantes de electrónicos como en la científica. En ese campo fértil plagado de mentes brillantes, recursos y presupuesto fue inventada Audrey (Automatic Digit Recognition), uno de los primeros sistemas que pretendían reconocer voz humana. Eran los años cincuenta.
Los ingenieros detrás de este invento decidieron que un primer paso para llegar al reconocimiento de voz digno de películas de ciencia ficción sería la comprensión de dígitos del uno al nueve por parte de las “máquinas”. En ese momento Audrey consumía demasiada energía, ocupaba un espacio físico enorme, el sistema era lento y caro. Sin embargo, su
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