VIÑETAS DE BATMAN EN SUS 80 AÑOS
Pese al impulso y la gran fama que en la última década han adquirido algunos personajes de Marvel Comics como el robertdowneysado Iron Man, el superventas Spider-Man o los emergentes Guardians of The Galaxy, y pese también al peso y la trayectoria con que cuenta su hermano de casa editorial Superman, hoy por hoy Batman sigue siendo el superhéroe más exitoso en la industria del entretenimiento, por ello revisamos algo de la historia del vigilante surgido de las páginas de Detective Comics #27.
Bob Kane, a quien la industria del cómic no pudo aplastar
Mayo de 1938 es la fecha de nacimiento del primer superhéroe con la aparición de Superman en el título antológico Action Comics #1. En sus páginas, Jerry Siegel y Joe Shuster veían el fruto de un proyecto comenzado en 1932 en Cleveland, en plena Gran Depresión. En el año del surgimiento del personaje, sus jóvenes autores vendieron los derechos del Hombre de Acero a la National Allied Publications (hoy conocida como DC Comics) por 130 dólares, condenándose a la pobreza al quedar fuera del multimillonario negocio que significaría su más notable creación.
En aquellos primeros años de Superman, el personaje ideado por dos hijos de inmigrantes judíos representaba, de alguna manera, una posibilidad del Sueño Americano: un huérfano foráneo (extraterrestre) con los poderes de un Dios que luchaba a favor de la gente, que ponía el pecho a las balas y era capaz de detener trenes en marcha y otras máquinas, las mismas máquinas que reemplazaban el trabajo de los obreros en aquellos empobrecidos años. Además, este enviado de las estrellas decidía esconder su naturaleza empírea tras las gafas del timorato Clark Kent por medio del cual podía confundirse entre los hombres comunes. Era, en cierto sentido, un sueño socialista en una sociedad que marchaba hacia el gran capital.
Debido al tremendo (también publicado por National Publications), le fue encargado un personaje que duplicara las ganancias que dejaba Superman. Así llegó a sus oficinas Robert Kahn, quien bajo el seudónimo de Bob Kane se conocería como el padre de Batman. Y atento a la experiencia que comenzaban a padecer los creadores de Superman, que cobraban como obreros en una industria que crecía gracias al Hombre de Acero, Kane exigió siempre que apareciera su nombre y aprovechó el trabajo de un “estudio” de escritores y dibujantes a los que exprimió la creatividad sin darles crédito. Entre estos artistas “fantasmas” sobresale Bill Finger, cocreador de Batman y de Catwoman, y también Jerry Robinson, quien ideara al némesis Joker; además de una enorme lista de creativos de los que poco se documentaron sus aportaciones al mito del Hombre Murciélago. Pero más allá de la fácil condena a un capitalista que no solía dar crédito a los artistas que colaboraban con él, Bob Kane fue una de las pocas figuras del medio de los cómics al que la industria no logró despojarlo de una parte del pastel millonario que suponen los superhéroes.
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos