DETALLES QUE CUENTAN
Algunos recordarán que hace poco más de tres años probamos el nuevo R8 en su versión Plus con 600 caballos y quedamos impresionados. Realmente suponía un salto cualitativo altísimo respecto a su antecesor, y entraba por la puerta grande en la élite absoluta de los superdeportivos. Este nuevo R8 —que en su versión equivalente ahora se llama Performance— es más bien un restyling, una puesta al día, que no mejora mucho a su predecesor, pero tampoco lo necesita. Me refiero sobre todo a sus sensaciones y prestaciones, porque el nivel que exhibió el R8 Plus era difícil de superar.
El R8 Performance incrementa su potencia hasta los 620 HP pero a un régimen menor de 8,000 rpm (el anterior era a 8,250). El
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