EL JUEGO DEL VIENTO
Existe un problema en la Fórmula 1 moderna: la técnica es fascinante, pero el público no tiene conciencia de ella. Solamente unos cuantos especialistas podrán explicar lo que realmente ocurre a detalle con los conjuntos propulsores o con la aerodinámica. Incluso si un profesional intentara explicar los efectos de alguna tecnología, la mayoría de la gente no lo entendería. En comparación con un Fórmula 1 de hace 10 años, la complejidad de un monoplaza actual de esta categoría está a años luz de distancia. El salto más grande que se ha logrado es en la aerodinámica, pues el enfoque cambió por completo.
El aire como herramienta
Antes, los ingenieros solían tener en cuenta una corriente de aire que corriera de preferencia sin interrupciones del alerón delantero hasta el trasero. Entonces las estrategias eran modestas: mantener alejado el aire sucio que proviene de la superficie y la obligación de generar una carga aerodinámica negativa. Ahora se generan de manera intencional corrientes turbulentas para forzar el flujo de aire de adelante hacia atrás. De esta manera el aire se convirtió en una herramienta. El monoplaza exhibe una gran variedad de elementos que rectifican el flujo debajo
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