POSTUREOS
na de las sentencias literarias imposibles de demostrar pero en la que más firmemente creo es aquella atribuida a de que la sintaxis es una cualidad del alma. Efectivamente, me convence la idea de que cada individuo demuestre en sus oraciones la sintaxis que le es propia según su personalidad. Así, la persona de carácter alambicado necesitará de un ejército de subordinaciones y retruécanos, mientras que la directa y práctica buscará. Construimos nuestra lengua como pensamos, y al recordar esto me atrevo a sugerir que podría establecerse una teoría parecida con el vocabulario, estableciendo que la elección de nuestro léxico nos define, mostrando nuestras preferencias primarias y grandes pulsiones. El vocabulario y las expresiones que nos apetecen conservar y usar nos concretan de manera individual y colectiva.
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