EL TESORO PERDIDO DE LOS TEMPLARIOS
En 1307 el papa Clemente V se arrojaba a los brazos de un rey de Francia cuya única obsesión era hacerse con el famoso tesoro de los templarios. Sin el menor reparo, y siendo consciente de la falsedad de las acusaciones vertidas por Felipe IV, dictó la Bula Pastoralis Praeminientae para obligar a todos los monarcas cristianos a detener a los caballeros templarios, sin necesidad de escuchar su defensa y someterlos a un juicio justo. A partir de entonces se iniciaron una serie de torturas y terribles interrogatorios para quebrar la voluntad de los inocentes monjes-guerreros que, finalmente, no tuvieron más remedio que reconocer unos delitos que no habían cometido.
EL ORIGEN DE LA LEYENDA
La orden fue condenada y se produjo su disolución, pero esta no desapareció del día a la mañana. Habían sido demasiado poderosos como para dejarse atrapar sin ofrecer cierta resistencia. En algunos reinos de la Península ibérica los templarios recibieron un trato mucho más justo y humano. Además, uno de los más prestigiosos caballeros del Temple, , llegó a confesar bajo terribles tormentos, que unos cincuenta caballeros, dirigidos por , partieron de la Torre del Temple en, con el beneplácito del tesorero del Temple, , pudo huir con la mayor parte del tesoro para esconderlo en un enclave, cuya ubicación sigue siendo un misterio.
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