GAIA EN BUSCA DEL EQUILIBRIO
En el siglo XVIII, las ideas científicas no se pueden ver libres por completo de las creencias religiosas. Así, el el científico James Hutton, en su Teoría de la Tierra, escribe: “La Tierra es una máquina creada por el Autor de la Naturaleza con sabiduría y benevolencia. Existe un fin último en esta creación: hacer de la Tierra un planeta habitable, en especial como morada para el ser humano. (…) La Tierra es algo más que una simple máquina: es esencialmente un sistema complejo. En dicho sistema existe un poder reparador o reproductor, razón por la cual es posible compararlo también con un cuerpo organizado”.
Una visión que se actualiza cuando en 1979, aparece una obra escrita por el científico británico James E. Lovelock, titulada Gaia, una nueva visión de la vida sobre la Tierra. En ella se afirmaba que la Tierra es “una entidad compleja que implica a la biosfera, atmósfera, océanos y tierra; constituyendo en su totalidad un sistema cibernético o retroalimentado que busca un entorno físico y químico óptimo para la vida en el planeta”.
Atención al matiz, porque Lovelock no afirma en ningún momento que la Tierra sea un ser vivo. Una de las voces científicas que más defiende sus teo-rías es la eminente bióloga , quien no tarda en señalar.
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