DEPREDADOR
Una nave alienígena deja caer una vaina en una remota y calurosa zona de Centroamérica. Un grupo de comandos en una misión secreta contra las guerrillas más allá de las líneas enemigas. Esos dos elementos, propios de la ciencia ficción y el cine bélico de aventuras eran ya una invocación en toda regla del concepto de hibridación que había hecho furor en las producciones del cine estadounidense de serie B de los años cincuenta. El acierto de John McTiernan a la hora de poner en pantalla esta película y de Jim y John Thomas a la hora de escribirla había sido saber extraer ese espíritu de la serie B de los cincuenta para aplicarlo a una producción con ambiciones de serie A fue una de las películas pioneras y forma además entre las más significativas que anticiparon esa tendencia a recuperar fórmulas argumentales, personajes y conflictos propios de la serie B de otras décadas para reconvertirlos en punto de partida de producciones taquilleras en un camino de reinvención del cine comercial y de evasión que habían iniciado en los albores de la era y . El presupuesto de 15 millones de dólares que era razonable y más o menos encajaba con el manejado para este tipo de producto en la época ( había costado 15 millones que para se convirtieron en 44, costó 15 millones, costó 17 millones, se puso en 20 millones, y , dirigida también por McTiernan se puso en 28 millones de dólares). Pero buena prueba del impacto inmediato que tuvo en el público la propuesta es que en su primer fin de semana de exhibición en salas estadounidenses había recaudado ya más de 12 millones de dólares que acabarían sumando casi 60 millones al final de su carrera de explotación en la cartelera de su país de origen y más de 98 millones en todo el mundo.
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