La música es el alma de los sentidos, es el silencio del pasado que nos provoca que muchas veces se nos abran algunos de los cajones de la memoria para evocarnos momentos y situaciones que de otra forma no íbamos a volver a vivir. La música es una herramienta que nos sirve para desnudar el alma, para desnudar nuestro sentimiento sin vergüenza, con la humildad que nos va a llegar a buen puerto en el camino de la vida. Y esto viene a colación del cambio que se está produciendo en el hombre, en su nueva sensibilidad muchas veces no comprendida por la mujer. Sensibilidad y hombre como binomio han chocado desde siempre pero esto está cambiando.