A mediados de 1942, el criminal se convirtió en una terrible leyenda al vivir durante meses en la misma residencia donde cometió un homicidio.

Philip vivía con su esposa cuando ella tuvo que ser hospitalizada después de sufrir una fractura de cadera en un accidente.

Durante todo el mes de septiembre, él creyó que estaba viviendo solo en la residencia, esperando el regreso de su Esposa.

Más tarde, sin embargo, el señor estadounidense descubriría que no solo estaba viviendo con alguien, sino que compartía techo con un hombre muy peligroso.

El trágico desenlace de la historia llegó a las páginas de los periódicos de la época y se convirtió en una leyenda urbana.

Video: https://youtu.be/Se86rZw0e30