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Capítulo 14.
Dos crímenes, Jorge Ibargüengoitia.

Capítulo 14. Dos crímenes, Jorge Ibargüengoitia.

DePara cortar a la epopeya un gajo...


Capítulo 14. Dos crímenes, Jorge Ibargüengoitia.

DePara cortar a la epopeya un gajo...

valoraciones:
Longitud:
7 minutos
Publicado:
14 nov 2021
Formato:
Episodio de podcast

Descripción

“Si no voy a cambiar al mundo, cuando menos quiero demostrar que no todo aquí es drama”.
Jorge Ibargüengoitia Antillón, “el chispazo del sentido común” (Guanajuato, 22 de enero de 1928 - Madrid, 27 de noviembre de 1983).
Tras enviudar su madre, el pequeño Jorge creció rodeado de mujeres. Cuando tenía tres años su familia se mudó a la capital. “Escribí mi primera obra literaria a los seis años y la segunda a los veintitrés. ‪Las dos‬ se han perdido”, dijo.
Todas sus tías querían que se convirtiera en ingeniero, razón por la cual se inscribió a la Facultad de Ingeniería de la UNAM. Sin embargo, su pasión por las letras lo llevó a renunciar a este camino, faltándole dos años para terminar la carrera, “Las mujeres que había en la casa pasaron quince años lamentando esta decisión: ‘lo que nosotras hubiéramos querido’, decían, ‘es que fueras ingeniero’, más tarde se acostumbraron”.
Estudió Filosofía y Letras (fue alumno destacado Rodolfo Usigli, padre del teatro mexicano moderno), y cuando se tituló comenzó a dar clases.
Escribió 17 obras, Usigli le recomendó cambiarse el apellido, “en un país tan precario como México, los teatros no tienen suficientes letras para las marquesinas, póngase Ibar”. Ibargüengoitia no aceptó acortar su nombre, y más tarde renunció a las tablas: “tengo facilidad para el diálogo, pero no para sostenerlo con gente de teatro”, diría años después.
En 1962 publicó su última obra de teatro El atentado, la cual le valió el Premio Casa de las Américas. Los relámpagos de agosto (1964) fue su primera novela, una llena de sátira y denuncia política. La ley de Herodes (1967), Maten al león (1969), Estas ruinas que ves (1975, Premio de Novela México 1974), Las muertas (1977), Dos crímenes (1979) y Los conspiradores (1981), así como varias antologías de sus colaboraciones en periódicos y revistas.
Su obra, llena de mordáz crítica y caústico humor e ironía, fue mal vista por la crítica de su época por tratar con irreverencia algunos pasajes de nuestra historia.
Su literatura es un ejemplo de cómo desacralizar la historia y de cómo darle la espalda a lo políticamente correcto, se mofa del comportamiento chovinista de los héroes nacionales y que quita lo solemne a lo que nunca debió tenerlo. Fiel a ese tono mordaz escribió la novela Dos crímenes. En ella encontramos la confluencia de características que están presentes en la obra de Ibargüengoitia: los lugares de provincia, los personajes cínicos y la mirada crítica, por mencionar los más. En ella, el autor retrató los aires provincianos que tanto frecuentaba en los textos; esta vez no es Cuévano el lugar central, pero Muérdago, donde se desarrolla la historia, queda muy cerca. De esta manera, conoceremos las costumbres de Muérdago que, aunque ficticio, representa lo que son todavía algunas provincias del país: “lugares tranquilos” en los que todos saben la vida de sus conocidos y se rumora hasta lo que no.
Publicado:
14 nov 2021
Formato:
Episodio de podcast

Títulos en esta serie (100)

Para cortar a la epopeya un gajo... Bienvenidos a este pequeño espacio donde recordaremos a grandes escritores mexicanos, nos sumergiremos un poco en su obra literaria, leyendo fragmentos de sus obras más importantes y visitando (en la medida de lo posible) lugares emblemáticos en su vida. Todo por el gusto de la lectura. ¡Bienvenidos! No olvidemos que el mejor homenaje que podemos hacer por estos personajes es: “leerlos”.