Hay indicadores insólitos que, aunque no sean muy científicos y no estén directamente relacionados con la economía, ofrecen señales tempranas de una crisis profunda. Estos indicadores reflejan cambios en el comportamiento del consumidor o en las tendencias de la industria por ejemplo. Hay de todo tipo, desde el índice de maquillaje, el de la basura generadapor familia, el de matrimonios y divorcios, el del número de plazas de aparcamiento sin ocupar en los supermercados, el de uso de taxis, el de matrículas universitarias, el de reparaciones de electrodomésticos y automóviles o el índice de adopciones de mascotas. Es cierto que muchas de estas métricas pueden estar afectadas por cambios culturales y de contexto, pero hay uno, en concreto, que suele ser, históricamente, una señal de alerta. Me refiero al ‘índice de las cajas de cartón’. Como lo oyes.