El caso de Iñigo Arenas Saiz se pone cada vez más complejo. Ayer la Fiscalía del Estado de México indicó que al empresario fue víctima de homicidio, pues "le administraron sustancias" en las bebidas que consumió en el Black Royce de Naucalpan donde fue encontrado su cuerpo. Las autoridades dicen que la causa de muerte fue asfixia mecánica por sofocación inducida debido a que se le taparon las vías respiratorias con su propio vómito. Además, informaron que hay seis trabajadores del Black Royce detenidos y que en el cateo al bar encontraron pastillas, sobres con cocaína y recipientes para la aplicación de gotas. El comunicado de la Fiscalía dice que Iñigo Arenas Saiz habría muerto cerca de las 5:40 de la mañana, luego de pagar una cuenta de 40 mil pesos con su tarjeta, y que una de las mujeres que lo acompañaba advirtió al personal que el empresario se había puesto morado. Un dato que sigue sin esclarecerse en este tema es que el celular de Iñigo fue apagado en la Miguel Hidalgo a eso de las 5 de la mañana y encendido al 20 para las siete de la mañana en Iztapalapa, donde claramente no estaba el empresario, pues su cuerpo fue reportado hasta las 7:34 de la mañana en el área VIP del Black Royce. Por cierto, el celular aún no aparece.