Descubre este podcast y mucho más

Los podcasts se pueden disfrutar de forma gratuita sin necesidad de una suscripción. También ofrecemos libros electrónicos, audiolibros y mucho más por solo $11.99 al mes.

Felipe y el Etíope

Felipe y el Etíope

DeG3:16 Condesa


Felipe y el Etíope

DeG3:16 Condesa

valoraciones:
Longitud:
64 minutos
Publicado:
27 feb 2023
Formato:
Episodio de podcast

Descripción

Juan 1:43:  
El siguiente día quiso Jesús ir a Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme. Hechos 8:12Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. HECHOS 8:26 a Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto.  HECHOS 8:26 b Entonces él se levantó y fue.  HECHOS 8:27 Y sucedió que un etíope, eunuco, funcionario de Candace reina de los etíopes, el cual estaba sobre todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar,  HECHOS 8:28 volvía sentado en su carro, y leyendo al profeta Isaías.  HECHOS 8:29 Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro.  HECHOS 8:30 Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees?  HECHOS 8:31 Él dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare?  Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él. HECHOS 8:32-34 32 El pasaje de la Escritura que leía era este: Como oveja a la muerte fue llevado; Y como cordero mudo delante del que lo trasquila, Así no abrió su boca. 33 En su humillación no se le hizo justicia; Mas su generación, ¿quién la contará? Porque fue quitada de la tierra su vida. 34 Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿de quién dice el profeta esto; de sí mismo, o de algún otro?  HECHOS 8:35 Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús.

26 Feb 2023
Publicado:
27 feb 2023
Formato:
Episodio de podcast

Títulos en esta serie (100)

Nuestra iglesia surge como resultado de la vida y ministerio de un misionero, que dejando todo atrás, creyó que la semilla de la Palabra de Dios era poderosa para traer gran fruto en los habitantes de otras naciones. El ardiente deseo que Dios puso en el corazón de Emilio Aanderud de ganar almas para Cristo e instruirles en la Palabra lo movió a orar y a invertir su vida en preparar de manera personal a gente para ser útil en el servicio a Dios a través del Discipulado.