Cuenta la historia que Francisco de Borges (hoy Santo) recibió el encargo de acompañar hasta la Granada el cadáver de la emperatriz Isabel. Cuando abrieron el ataúd quedaron horrorizados quienes ahí estaban por su aspecto y hedor que desprendía y huyeron. Pero San Francisco, alumbrado por la luz divina, se quedó a contemplar en aquél cadáver la vanidad del mundo. La idea de que todo se acaba con la muerte inspiró a San Francisco a entregarse por completo a Dios. Los mundanos llaman "Feliz" solamente a los que gozan de los bienes de este mundo: honras, placeres y riquezas, pero la muerte acaba con toda esta aventura terrenal ¿Qué es la vida? Un vapor que aparece un poco. [¿Quieres una segunda emisión sobre está meditación? Haznoslo saber respondiendo la pregunta de este episodio en Spotify o en facebook.]