El 17 de junio de 1970 el Estadio Azteca albergó a más de cien mil espectadores para presenciar una batalla futbolística épica entre Italia y Alemania, que quedó grabada en la memoria de la afición. Una fiesta de goles en 20 minutos es lo que convirtió a este duelo en uno de los más emocionantes en la historia de los mundiales, y al que se tituló como el partido del siglo.