Descubre este podcast y mucho más

Los podcasts se pueden disfrutar de forma gratuita sin necesidad de una suscripción. También ofrecemos libros electrónicos, audiolibros y mucho más por solo $11.99 al mes.

Juan 4, 5-15. 19b-26. 39a. 40-42 - III Domingo de Cuaresma (A)

Juan 4, 5-15. 19b-26. 39a. 40-42 - III Domingo de Cuaresma (A)

DeAlgo del Evangelio - Padre Rodrigo Aguilar


Juan 4, 5-15. 19b-26. 39a. 40-42 - III Domingo de Cuaresma (A)

DeAlgo del Evangelio - Padre Rodrigo Aguilar

valoraciones:
Longitud:
7 minutos
Publicado:
15 mar 2020
Formato:
Episodio de podcast

Descripción

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 4, 5-15. 19b-26. 39a. 40-42

    Jesús llegó a una ciudad de Samaría llamada Sicar, cerca de las tierras que Jacob había dado a su hijo José. Allí se encuentra el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se había sentado junto al pozo. Era la hora del mediodía.
    Una mujer de Samaría fue a sacar agua, y Jesús le dijo: «Dame de beber.»
    Sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos.
    La samaritana le respondió: « ¡Cómo! ¿Tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?» Los judíos, en efecto, no se trataban con los samaritanos.
    Jesús le respondió:
    «Si conocieras el don de Dios
    y quién es el que te dice:
    "Dame de beber",
    tú misma se lo hubieras pedido,
    y Él te habría dado agua viva.»
    «Señor, le dijo ella, no tienes nada para sacar el agua y el pozo es profundo. ¿De dónde sacas esa agua viva? ¿Eres acaso más grande que nuestro padre Jacob, que nos ha dado este pozo, donde él bebió, lo mismo que sus hijos y sus animales?»
    Jesús le respondió:
    «El que beba de esta agua
    tendrá nuevamente sed,
    pero el que beba del agua que Yo le daré,
    nunca más volverá a tener sed.
    El agua que Yo le daré
    se convertirá en él en manantial
    que brotará hasta la Vida eterna.»
    «Señor, le dijo la mujer, dame de esa agua para que no tenga más sed y no necesite venir hasta aquí a sacarla.» «Señor, veo que eres un profeta. Nuestros padres adoraron en esta montaña, y ustedes dicen que es en Jerusalén donde se debe adorar.»
    Jesús le respondió:
    «Créeme, mujer, llega la hora
    en que ni en esta montaña ni en Jerusalén
    ustedes adorarán al Padre.
    Ustedes adoran lo que no conocen;
    nosotros adoramos lo que conocemos,
    porque la salvación viene de los judíos.
    Pero la hora se acerca, y ya ha llegado,
    en que los verdaderos adoradores
    adorarán al Padre en espíritu y en verdad,
    porque esos son los adoradores
    que quiere el Padre.
    Dios es espíritu,
    y los que lo adoran
    deben hacerlo en espíritu y en verdad.»
    La mujer le dijo: «Yo sé que el Mesías, llamado Cristo, debe venir. Cuando él venga, nos anunciará todo.»
Jesús le respondió: «Soy yo, el que habla contigo.»
    Muchos samaritanos de esta ciudad habían creído en Él. Por eso, cuando los samaritanos se acercaron a Jesús, le rogaban que se quedara con ellos, y Él permaneció allí dos días. Muchos más creyeron en Él, a causa de su palabra. Y decían a la mujer: «Ya no creemos por lo que tú has dicho; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que Él es verdaderamente el Salvador del mundo.»

Palabra del Señor.
Publicado:
15 mar 2020
Formato:
Episodio de podcast

Títulos en esta serie (100)

Algo del evangelio quiere ayudarte a meditar cada día la palabra de Dios, que es viva y eficaz. La lectura del evangelio que nos propone la Iglesia día a día, va acompañada de un breve comentario, realizado por el Padre Rodrigo Aguilar, Diócesis de San Miguel, Buenos Aires, Argentina.