Una destartalada colonia de remolques en el Missouri rural, en el corazón de Estados Unidos, se convirtió en el centro de una investigación sobre asesinatos en serie en la que estuvo implicado un hombre de 56 años que, al parecer, usaba las páginas de un chat de internet para atraer a sus víctimas a sesiones de sexo sadomasoquista en moteles de carretera.Su nombre: John Edward Robinson. Era un chico aficionado a la filosofía de los 'boy scouts', y llegó a actuar delante de la reina Isabel II en Londres. Tenía una actitud de ayuda a sus prójimos; al menos, de joven.En su adolescencia, se matriculó en un seminario, en el Quigley de Chicago, para convertirse en sacerdote. Sin embargo, y contrariamente a su actitud anterior, allí se reveló como un estudiante pésimo, a parte de tener serios problemas para seguir la disciplina del centro educativo.Años más tarde, la policía lo conocería como ladrón y estafador, cargos por los que en 1987 estuvo en la cárcel. Le condenaron a cinco años, aunque solo cumplió cuatro por buen comportamiento. Cuando salió, lo reclamaron en Missouri por cargos similares y también fue sentenciado a la cárcel, aunque empezó a quejarse de dolores en el pecho y lo dejaron en libertad condicional gracias a los informes médicos.Pero fue hasta 1994, cuando conoció en un chat a Sheila Faith, una mujer con una hija de 15 años que estaba en silla de ruedas y que necesitaba bastante atención médica. Él se comprometió a darles toda la ayuda que pudiese, y finalmente madre e hija se mudaron a Kansas junto a su benefactor. No se supo nada más de ellas hasta que sus cuerpos aparecieron en barriles en un almacén en Missouri.