Muchas veces cuando nos encontramos en momentos difíciles de nuestra vida; momentos de dolor, ante la muerte de un familiar, la perdida de un trabajo, la enfermedad llega a nuestra vida; usualmente decimos ¿Por qué Dios? ¿Por qué me sucede esto a mí? ¿Por qué tanto sufrimiento? 
A Job le paso lo mismo, el perdió todo (su familia, sus pertenencias, sus tierras, hasta perdió su salud), él se convirtió en una llaga asquerosa, como cualquier otro perdió la paciencia poriqe no comprendía, el era un hombre justo que hablaba con la verdad y esa era su verdad en aquel momento. También Jesús estando en la Cruz se lamenta y dice "Padre ¿Por qué me haz abandonado?"
Cuando nos enfrentamos a momentos difíciles ese "¿Por qué?" es una invitación a seguir orando. 


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