R-Type es, sin duda, uno de los grandes nombres dentro de la aristocracia del Shoot'em Up,
uno de esos nombres inmortales que ha conseguido sobrevivir a los
infortunios de su estudio creador para convertirse en uno de los santo y
seña de todo un género, de la propia historia del videojuego. Desde que
apareciera en recreativas en 1987, su impactante diseño tecnoorgánico,
original planteamiento jugable y escandaloso aspecto audiovisual le
granjeó un puesto en el panteón de los más grandes, una posición que no
ha hecho más que consolidar con soberbias continuaciones y algunas
excelentes conversiones a formatos domésticos.