Jesús enseña a sus discípulos en el sermón del monte que el "ojo por ojo" ha quedado superado por el amor a los enemigos. El Evangelio tiene otra medida, la medida del amor. 
No es fácil poner la otra mejilla, no es fácil no defenderse ante quien nos agravia, no es fácil, pero es lo que Jesús hizo y nos pide que hagamos nosotros, seguidores suyos.
Mt 5,38-42: Yo os digo: No hagáis frente al que os agravia.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-Sabéis que está mandado: «Ojo por ojo, diente por diente». Pues yo os  digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te  abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera  ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te  requiera para caminar una milla, acompáñalo dos; a quien te pide, dale;  y al que te pide prestado, no lo rehuyas.