En los 90, todos recordamos la convertibilidad y un montón de reformas que acompañaron en simultáneo. ¿Cuál es tu opinión sobre la relación entre las reformas y la estabilización, pensando en la Argentina de ahora? ¿Cómo ves esa interacción y esa secuencia?
El crecimiento económico requiere de un clima de estabilidad, pero sobre todo requiere de evitar distorsiones de precios relativos que obliguen a aislar a Argentina del mundo. Hay un sesgo antiexportador. Pero cuando uno tiene que estabilizar y viene de una alta inflación, sobre todo de un período de estanflación, habría que haber priorizado las reformas o la desregulación y la eliminación de distorsiones relacionadas con el comercio exterior. Por eso el plan que se está aplicando tiene muy buenas intenciones y es muy bueno que se ponga tanto énfasis en el equilibrio fiscal para eliminar la inflación, pero veo como talón de Aquiles el hecho de que se introdujeron distorsiones adicionales.
Impuesto País, por ejemplo…
Y se querían meter más retenciones. La desregulación y la eliminación de impuestos distorsivos son claves para que el país vuelva a crecer. Cuanto más amplio el proceso de desregulación, mejor.