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Nos gustaría robarle todo: su inglés cargado de vocales, su vestido de flores, su sonrisa radiante, su vida –que reparte entre el campo (con sus hijos, su huerto...) y algunos rituales de rigor (contratos, desfiles...)–, hasta su crema de día –la divina Sisleÿade de Sisley, ¡siempre que nos garantice un rostro tan luminoso como el suyo!–.
Lucie de la Falaise (Gales, 1973) era una discreta figura de la moda. Incluso en la cima de su fama, en los 90, cuando aparecía en las portadas y trabajaba para Yves Saint Laurent, era su pedigrí el que acaparaba el foco: su tía era