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UNA CRUZ la forman dos líneas que se cortan: una horizontal y firme, otra vertical y repentina. Así es la conversación con Cruz, que habla con el rigor de una abogada, pero cuyo talentoso entusiasmo da a luz constantemente frases afiladas como un titular.
La nueva novela histórica de la vicepresidenta del periódico (Espasa), es la obra de una narradora segura, con trazos súbitos. En sus primeras páginas, Catalina la Grande aparece dibujando crucetas sobre el pecho de su amante y cerca de ella hay un mapa que marca con una cruz el lugar clave de esta historia, la ciudad ucraniana de Odesa fundada por un español, José de