El panorama del diseño no deja de evolucionar, centrado cada vez más en encontrar respuesta a los retos sociales y medioambientales a los que nos enfrentamos en la actualidad, y el papel de los materiales está demostrando ser una parte fundamental del cambio. Desde la utilización de microalgas para generar energía hasta el tratamiento de la pulpa de papel y su conversión en alternativa al mármol, pasando por el renacimiento de la artesanía, las técnicas tradicionales y los métodos para reciclar, el mundo del diseño ya ha asimilado que el proceso de fabricación no ha de comprotemer la estética, sino que debe tener en cuenta la vida útil de un producto. Respetar la materia prima es el primer paso hacia un futuro más ecológico, y los diseñadores lo saben bien: dedican mucho tiempo a investigar el "desde dónde" antes del “para qué”. Su dedicación, unida al apoyo por parte de la industria, hace que se respire esperanza
