na larga espera, varios años de investigación y dos horas de trabajo nocturno intenso son los exigentes requisitos para conseguir de Clarins, una flor que se recoge manualmente cuando alcanza su esplendor de belleza y riqueza molecular con los primeros rayos de la luna. Después de su recolecta, se congelan para preservar sus moléculas activas y exprimir, con crioextracción –se sumerge en nitrógeno líquido a -196 grados–, la quintaesencia de esta flor misteriosa que tiene la capacidad de reactivar la longevidad de la piel dentro de sus propias células. El secreto de la juventud estaba en el interior de nuestra dermis en la proteína Foxo, que activa los mecanismos de defensa para proteger y neutralizar los efectos negativos del tiempo y Clarins ha encontrado la forma de actuar sobre ella para sacar todo el rendimiento posible. , la joya de la corona, con una textura suave y envolvente, ayuda a prevenir y a corregir, mejorando la luminosidad de la piel, la firmeza, las pequeñas líneas de expresión y aportando una sensación de confort inigualable. Un lujo para tu rostro.
