menudo la abundancia de detalles alrededor de los descubrimientos más importantes termina convirtiendo las vidas de los científicos más célebres casi en literatura. Y aunque también pasa con Charles Darwin, sí que está documentado que el joven naturalista inglés recibió una invitación para embarcarse en diciembre de 1831 en el buque de la Marina Real Británica H.M.S. Beagle, a bordo del cual viajaría durante cinco años alrededor del mundo. Y también que durante ese viaje pudo observar cómo animales y plantas pertenecientes a una misma especie habían desarrollado características diferentes según las condiciones locales. Eso que en un principio fue una mera percepción sería el germen de su trabajo más importante y una de las obras científicas más influyentes: , publicada en 1859. En ese estudio nombraba al mecanismo por el cual se explica la evolución y adaptación de las especies como selección natural. Con ese término explicaba que solo sobreviven los que mejor se adaptan al entorno. Dentro de la comunidad científica nadie duda hoy de que eso es un hecho. Y es más: algunos se preguntan si ese hecho es también extensible
