Con otra frecuencia vibratoria
Las piedras son entidades importantes: viven, respiran, transmiten, reaccionan, brillan y palpitan. Sus vibraciones y sus frecuencias vibratorias, que actúan en nuestro ser, pueden utilizarse para equilibrar, transformar y armonizar nuestro cuerpo, alma y espíritu.
Puede que de niños ya nos atrajera su magnetismo. Con la edad, hemos experimentado la necesidad de purificarnos. Al hacerlo, hemos redescubierto los vínculos sensibles que nos unen con la naturaleza.
Nos corresponde, en efecto, a nosotros, en tanto seres responsables, ponernos en armonía con los elementos, equilibrar nuestro factor vital en función de su poder y reconciliarnos con los grandes miembros de la gran familia de la que formamos parte: con nuestra madre la Tierra, nuestro padre, el Cielo, nuestro abuelo, el Fuego, y nuestra abuela, el Agua….
Luz, color y vida
Las piedras constituyen la manifestación de la Luz y de la vida: colores, estructuras, irradiación, transparencia y claridad. Para mí, su belleza es mágica, mística, misteriosa. Son las estrellas de la Tierra, a las