Lo tecnológico -sin perder de vista lo social y lo sostenible- debe ser rentable. Como a todas las compañías, su ADN les grita que crezcan, que no se limiten a sobrevivir. Se prima la escala, en todos los sentidos. Dando la vuelta al lema de Forbes, no son sólo negocios. Esto se ha vuelto algo personal. Porque no hay nada más personal que un negocio propio.
En la mayoría de los casos va implícito el patrimonio de quienes sacan adelante herramientas facilitadoras, diseñadas para no limitarse a adelantarse al futuro, sino para tenerlo en cuenta. El de todos nosotros. Productos y servicios que deben nacer versátiles y accesibles, sin dejar a ningún sector de población atrás.
Atendiendo a las cifras, el gasto mundial en el