Mira de cerca, el bosque se revela como un campo de juegos. “Es un paraíso para cualquiera”, dice el guía Francisco Simões mientras avanzamos.
Fundador de la empresa local de rutas de senderismo AlgarvianRoots, Francisco me lleva a un recorrido por Monchique, un municipio en lo alto de la cordillera occidental de Serra de Monchique, en Algarve. A unos 48 kilómetros de Albufeira, en la costa sur de Portugal, es un mundo muy distinto de los populares resorts costeros, ya que es hogar de los dos picos más altos de la región y cuyo bosque que se beneficia de un microclima húmedo. “Lo más popular de Algarve es la costa, no las montañas" –indica Francisco–.
El objetivo de la Via Algarviana es desbloquear ese potencial. Se trata de un sendero de larga distancia que recorre 300 kilómetros de esta región, de la frontera española al Atlántico, y aún es una obra en proceso. Se inauguró en 2009 y en el curso de los años se ha expandido hasta comprender varios