Rick Riordan creó en 2005 la saga de novelas basadas en el personaje de Percy Jackson, con la novela Percy Jackson y el ladrón del rayo. Seis novelas después, con una séptima prevista para 2024, más una serie de libros spin-off, otros de ilustraciones o incluso historias cortas, la saga literaria ha sido traducida a 42 idiomas, con más de 30 millones de copias vendidas solo en Estados Unidos, lo que hacía más que posible que la obra fuese llevada al formato audiovisual, sobre todo cuando el éxito de Harry Potter y sus secuelas hicieran que la mayoría de estudios intentasen replicar, sin éxito, el fenómeno de la obra de J. K. Rowling en el cine. Fox fue el estudio que se hizo con los derechos de las novelas, inspiradas por las leyendas griegas, y se decidió a llevar la obra de Riordan al cine con la primera película, que se estrenaba en 2010, dirigida por el propio Chris Colombus, el director responsable de las dos primeras entregas de Harry Potter. El reparto estaba perfectamente elegido para ponerse en marcha, con Logan Lerman como protagonista, pero también con Alexandra Daddario en uno de sus primeros papeles, sin olvidarnos de la presencia de nombres como Uma Thurman, Brandon T. Jackson, Sean Bean, Jake Abel, Kevin McKidd, Steve Coogan, Rosario Dawson, Pierce Brosnan, Catherine Keener, Joe Pantoliano, Ray Winstone o Serinda Swan. No fue un éxito descomunal, pero con un presupuesto de 95 millones de dólares, la película alcanzó a recaudar 226 millones en todo el mundo, justificando en cierta medida la adaptación.
Tres años después, tras muchos rumores y un descenso presupuestario, la secuela estaba lista para ser estrenada. En 2013 llegó a los cines , con 90 millones de presupuesto, y un reparto que seguía de las novelas tampoco parecía muy convencido con lo que habíamos visto. Muchos pensábamos que las adaptaciones habían terminado y que no tendríamos más adaptaciones. Pero no contábamos con la compra de Fox por parte de Disney, lo que trasladó los derechos a la compañía del ratón.