ES EN LAS PÁ- GINAS DEL SEMANARIO CHICOS (19 DE OCTU-BRE DE 1947), TEBEO QUE COMENZÓ A PUBLICARSE EN LA ZONA NA-CIONAL EN PLENA GUERRA CIVIL (1935-1939) –A PESAR DE SU SES-GO IDEÓLOGO, ES CONSIDERA-DA UNA DE LAS MEJORES PUBLI- CACIONES INFANTILES–, DONDE PUEDE ENCONTRARSE EL PRI-MER DIBUJO PUBLICADO POR FRANCISCO IBÁÑEZ TALAVERA (1936-2023), QUE ENTONCES CONTABA ONCE AÑOS. Se trata de la reproducción de un indio apache “sioux”, del dibujante Jesús Blasco (1919-1995). La publicación de este dibujo (cuyo trazo realista nada tiene que ver con el estilo más cómico que popularizaría años más tarde en sus viñetas), en una revista que entonces –en tiempos de la posguerra– alcanzaba ventas de más de cien mil ejemplares debió motivar al pequeño Ibáñez a seguir dibujando…
PRIMEROS PERSONAJES… ¿POLÍTICAMENTE INCORRECTOS?
Antes de dedicarse al cómic, Ibáñez, que pertenecía a una familia de clase media (su padre era contable), desempeñaría varios trabajos que luego le inspirarían para sus futuras historietas. A los catorce años comenzó como botones del Banco Español de Crédito, y tras realizar algunos estudios de contabilidad y peritaje mercantil, terminaría trabajando como administrativo en la entidad, como ayudante de “cartera y riesgos”. Aunque, como él mismo reconoció en numerosas entrevistas, en su trabajo dedicaba más tiempo a dibujar que a realizar cuentas…
En 1952, y cuando apenas había cumplido los dieciséis, Ibáñez empezó a publicar sus primeras viñetas humorísticas en revistas infantiles como "Nicolas", de Ediciones Clíper, y "Chicolino", de editorial Símbolo. A finales de ese mismo año, apareció en "La Risa", de editorial Marco, el que puede considerarse su primer personaje de serial fijo: Kokolo, de la Universidad Complutense en su tesis doctoral "Los cómics de Francisco Ibáñez" (2005): “Muchas de estas historietas humorísticas que buscaron su escenario en el África colonial fueron propicias a un modelo pedagógico racista, en el que la superioridad blanca frente a la estupidez nativa era evidente, por lo que sirvieron, a menudo, de forma inconsciente, a los intereses ideológicos de la doctrina oficial del régimen (franquista). España conservaba aún ciertas posiciones en el continente africano, como restos de un imperio añorado”.