Aunque nuestra vivienda tenga el privilegio de estar bañada por los rayos del sol la mayor parte del día, necesitamos dotar todas y cada una de las estancias con diversos niveles de iluminación artificial: general, puntual, ambiental y decorativa.
La general es aquella que aporta la visibilidad básica a y lámparas de techo. En cuanto a la puntual o focal, es más intensa que las demás y se utiliza para áreas concretas (un escritorio, una zona de lectura, la mesa del comedor, el cabecero de la cama…), que precisan más luz que la general: se obtiene a través de luminarias colgantes, de techo, de pie, sobremesa y apliques. La ambiental, más tenue, como su nombre bien indica se emplea principalmente para crear atmósferas y ambientes agradables y, de la misma manera, puede servir de general cuando ésta no está encendida: las tiras led ocultas en cortineros o foseados del techo cada vez son más habituales, pero las lámparas de mesa con pantalla, de pie y algunas suspendidas (el caso de las bombillas colgantes) cumplen esta misma misión. Finalmente, la decorativa, también conocida como de acento, sirve para resaltar determinados objetos o elementos arquitectónicos del hogar: los focos y proyectores en carril con ángulos de apertura reducido son realmente útiles en ese sentido.