orprender con algo realmente impactante es cada día más complicado, por eso, tener ante nuestros ojos el nacimiento de una marca grande, responsable, sostenible y original tiene entusiasmado a todo el sector de la belleza. El motivo del revuelo que se ha ocasionado ha sido la llegada a España de la última gran apuesta del grupo Shiseido: Ulé Beauty, la primera etiqueta de esta compañía en producirse íntegramente en que utiliza –y aquí viene uno de los aspectos más sorprendentes–, por primera vez en el mundo de la cosmética, ingredientes que crecen en cultivos verticales en el interior, un relevante avance tecnológico y agrológico en términos de ecorresponsabilidad. La gran ventaja es, además de una reducción significativa del espacio que se necesita para que crezcan las plantas, que estas están protegidas de las inclemencias impredecibles del tiempo, por lo que los productos son 100% trazables (de la semilla a la piel, algo muy complicado hoy en día) y también están a salvo de la contaminación y plagas, ya que se desarrollan en un ecosistema controlado y vigilado (para entrar en las áreas en las que se encuentran los cultivos son necesarias unas estrictas medidas de higiene y desinfección). Por si esto fuera poco, el sistema de riego consigue que el 95% del agua que se utiliza sea reciclada.Las plantas son 100% puras y sin pesticidas, porque no interactúan con el suelo y, por tanto, no pueden contaminarse con él. Y, para terminar, pero no menos importante, con este tipo de plantaciones se reduce enormemente la huella de carbono, ya que desde el lugar donde crecen las plantas, procedentes de todas las partes del mundo (una granja al sur de París), hasta el punto final del empaquetado no hay más de 340 kilómetros de distancia.
