EN la prensa del corazón hay fechas que no se olvidan. La del 23 de julio de 2004 fue una de ellos. Ese viernes, pasada la una de la tarde, a las redacciones de las revistas, periódicos, televisiones y radios llegó la noticia: ¡Se ha. muerto Carmina! Así, sin apellido, porque solo había una Carmina, Carmen Ordóñez.
La Divina, como se la llamábamos, había sido encontrada horas antes en el baño de su casa, en Madrid. La investigación policial determinó que era una muerte accidental y se dijo que había sufrido