Pocas veces en la historia de la relojería se ha conocido un éxito tan fulgurante y un reconocimiento tan extenso como el de Frederique Constant. Marca fundada en 1988 por Aletta y Peter Stas, sus relojes desde el principio han ofrecido calidad técnica, belleza en la mejor tradición relojera y asequibilidad económica. Y algo muy importante, identidad propia con un estilo contemporáneo y vanguardista, pero sin alejarse de los cánones tradicionales de la relojería mecánica suiza. En estos 35 años la manufactura ha creado treinta calibres
