Todavía conserva una foto de pequeña subida a una vaca en un pueblecito de Cantabria, y se recuerda ordeñando allí, y trasteando entre los cultivos. «Sin darme cuenta, fui aprendiendo lo que era el campo», señala. Cuando a los 18 años tuvo, los utópicos», señala. Desde entonces, Delia no ha perdido ni un ápice de ese compromiso. «Soy muy viajera, pero mochilera, no me gusta ir a un hotelazo, sino perderme en una aldea y aprender de esa comunidad. Este año estoy pensando en hacer el camino de Kumano, en Japón. Al tener que coger un avión, trataré de compensar la huella de carbono ».
«Sé valiente y cambia el mundo»
May 04, 2023
1 minuto
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos