Conocido por muchos como “la Perla del Ártico”, el vasto archipiélago noruego de Svalbard (“costa fría”, en noruego antiguo) es un conjunto de islas remotas en el océano Glacial Ártico, al norte del continente europeo. Frío y ventoso durante todo el año, la temperatura media anual es de alrededor de -8 °C, si bien en invierno el mercurio puede desplomarse hasta los -30 °C. Por eso, aquí el mar está congelado cinco meses al año.
Su capital, Longyearbyen, es de hecho el sitio habitado más próximo al Polo Norte geográfico. Los aproximadamente 2,000 ciudadanos de este pequeño pueblo minero con profunda tradición ballenera sólo contemplan la luz del Sol durante cuatro meses al año. El resto del tiempo se caracteriza por una oscuridad perpetua, y en el firmamento apenas se atisban estrellas y espectaculares auroras boreales. Debido a sus bajas temperaturas, muchos estacionamientos comerciales para coches disponen de un enchufe que mantiene caliente el motor para evitar que se congele y que no vuelva a encenderse más. Si se abandona la capital, entonces es obligatorio ir pertrechado con un rifle, porque aquí también habita una comunidad de 3,000 osos polares de dos metros y medio de altura