La ciencia ficción ha intentado recrear en muchas ocasiones la movilidad del futuro. Algunas películas como Regreso al futuro II ya presentaban coches voladores en 2015. Siete años más tarde, en 2022, lo más parecido son los drones con pasajeros, con dificultades legales para que puedan ser una realidad.
Sin embargo, otras como Blade Runner que, rodada en 1982, imaginaba la movilidad de 2019, se acercan bastante más a la realidad actual: ciudades abarrotadas de personas, carreteras muchas veces colapsadas en las que se mezclan peatones, automóviles de distintos tamaños,