DESDE TIEMPOS INMEMORIALES, las piedras y los metales preciosos han deslumbrado y atraído la atención -y la codicia- del hombre. Todavía hoy, cuando se avecina una crisis económica, el oro sigue siendo el valor refugio por excelencia, así que algo tendrá el elemento más noble de la tabla periódica cuando siempre cotiza al alza, incluso en un mundo donde la especulación se cifra en critptomonedas.
Lo bueno es que si no puedes atesorarlo en forma de lingotes, siempre puedes darte un capricho y ponértelo en la piel, porque tú lo vales. Y los laboratorios