El médico que introdujo el hongo en España afirmaba que el principio terapéutico que contenía era un antibiótico denominado teomicina. Hacía pocodicios no eficaces de antibióticos. En la prensa y en la radio generó controversias entre sus defensores y sus detractores (La Vanguardia Española 26-41952). Los laboratorios franceses y holandeses que estudiaron el hongo comprobaron que con agua del grifó, azucarada al 5 %, también se producía, y no hacía falta el té. Pius Font y Quer, eminente botánico catalán alineado con los escépticos del hongo, afirmaba que la teomicina era una falacia, que no existía y que las pretendidas propiedades curativas del hongo eran un puro e inofensivo efecto placebo, pero que en malas condiciones higiénicas podía desarrollar cepas tóxicas, como efectivamente pasaba y pasa.
Polémica en los años 50
Nov 22, 2022
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